26 agosto 2013

Traducción de imágenes.

Puede ocurrir que un documento contenga imágenes y que obviamente estas deban ser traducidas. ¿Cómo se hace?

En principio, parece ser una tarea sencilla, pero a veces no lo es, sobre todo cuando se trata de traducciones que no van a ser entregadas para una posterior edición a cargo de diseñadores gráficos. En este caso, la tarea es más simple ya que por medio de notas puede indicarse la traducción sobre el original y luego el diseñador se ocupa de darle la estética correspondiente (tal sería  el caso de folletos, revistas, etc. con fines de distribución masiva).

Un punto fundamental a tener en cuenta es la complejidad de la información que contiene la imagen y cómo puede hacer el traductor para ser fiel al diseño del documento fuente y lograr que esa misma imagen comunique la misma idea en el idioma meta. Lo ideal es que el cliente envíe al traductor las imágenes originales a fin de que el traductor pueda trabajar directamente sobre ellas.

Otra posibilidad es trabajar sobre la imagen, generando una nueva y agregando el texto por medio de cuadros de texto, notas o llamadas y luego insertar la nueva imagen en la traducción.

Otro punto fundamental es el tiempo. A veces el cliente dice: “son unas 2 o 3 carillas pero en realidad hay muchos gráficos, así que no hay mucho para traducir” y entonces supone que por eso el traductor hará más rápido la traducción. En cierto modo no está equivocado, la traducción será mucho más rápida según la cantidad de texto, pero no debe olvidarse que la edición de las imágenes a veces insume más tiempo del que insume la traducción propiamente dicha.

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