07 octubre 2013

¿Original o fotocopia para una traducción pública?

Llegó el momento de realizar una traducción pública. El cliente llama o envía un email para averiguar precios, tiempos de entrega y cuáles son los pasos a seguir. Muchas veces lo único que sabe es, por ejemplo  "que tiene que traducir el diploma al inglés". Entonces, después de la información técnica, el traductor comenta que su traducción debe adjuntarse al original. Y ahí el cliente, a veces, se espanta: "¿tenés que adjuntar la traducción sí o sí al original? porque lo tengo en un cuadrito..." Entonces el traductor pasa a explicarle que en realidad puede adjuntar su traducción a una fotocopia (blanco y negro o color), a una impresión del archivo que pasó por mail, que no es necesariamente "el original" sino, como se lo denomina: "el documento fuente".

Surgen otras preguntas: "¿entonces una fotocopia te sirve? ¿tiene  que estar legalizada ante escribano?" En realidad eso depende de lo que le hayan dicho en la institución o entidad ante la cual tiene que presentar el diploma traducido.

El traductor no puede decidir sobre la naturaleza del documento fuente simplemente porque no conoce los requisitos que exige dicha entidad. Pero sí puede, y debe, comentar al cliente las diferentes posibilidades  basándose en su experiencia.

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